Hoy en día existen múltiples proyectos, programas, iniciativas que trabajan por la capacitación e inclusión digital de colectivos, con barreras para participar activamente en una sociedad cada vez más digitalizada.
Ante esto, los proyectos Conectamos Barcelona más Brecha Digital y Salud Mental integran algunas de las competencias establecidas en el DigComp 2.2 (Vuorikari, Kluzer y Punie, 2022), para reducir las desigualdades sociales y la brecha digital que afecta, por un lado, a familias que no tienen acceso a internet, no disponen de los dispositivos, o bien carecen de conocimientos para aprovechar las tecnologías (Ayuntamiento de Barcelona, s.f). Y por otro lado, a personas con enfermedad mental y sus familiares (Afesol, s.f). Ahora bien, tanto Conectamos Barcelona, iniciativa del Ayuntamiento barcelonés desplegado en la Trinitat Nova, como Brecha Digital y Salud Mental, proyecto de AFESOL SALUD MENTAL desarrollado en la comarca de la Costa del Sol, incorporan competencias digitales a nivel básico como, en primer lugar, la búsqueda y gestión de información y datos que capacita a las personas usuarias a navegar por la red, para buscar y saber cómo acceder a la información y contenidos de interés. En segundo lugar, la comunicación y colaboración que permite interactuar, compartir, participar activamente mediante las tecnologías digitales, y gestionar la identidad digital. En tercer lugar, la resolución de problemas técnicos centrándose en identificar necesidades, y lagunas en las propias competencias de las personas usuarias. Por una parte, siguiendo el informe final del proyecto, Conectamos Barcelona las integra a partir de garantizar el acceso a la red, proporcionando portátiles y conexión a internet. Del servicio de acompañamiento y soporte digital de los agentes TIC, quienes capacitan a las personas usuarias atendiendo sus dudas digitales, además de derivarlas a cursos específicos a sus necesidades digitales como empoderamiento y autonomía para relacionarse con el mundo laboral, buscando empleos en aplicaciones como Job Today, o la administración pública, facilitando hacer trámites online. Por otra parte, según Málaga hoy (2022), Brecha Digital y Salud Mental trabaja las competencias promoviendo la alfabetización digital del colectivo, a través de talleres formativos presenciales, conociendo y familiarizándose con las nuevas tecnologías, y virtuales, facilitando acceder a servicios digitales de cuidado y promoción de la salud, enmarcados en un acompañamiento individualizado guiando por el camino de la transformación digital.
Así pues, según Subias (2014), se observa como “...la tecnología es la facilitadora del cambio…” (en Martínez y Forés, 2014, p. 61) al mejorar la calidad de vida, ofreciendo oportunidades y facilidades que concilien la vida cotidiana con la tecnología como es “...el acceso a la información…casi sin límites.” (p. 58), la interacción con otras personas en un entorno digital, la participación e interacción social en procesos comunitarios o participativos, por ejemplo, además de nuevos métodos para aprender y enseñar virtualmente habilitando espacios y tiempos para el desarrollo de las competencias digitales. Es decir, la tecnología acelera la evolución de la sociedad amplificando su alcance con un uso simple e intuitivo (Subias, 2014, en Martínez y Forés, 2014), contribuyendo al aprendizaje de las tecnologías.
Asimismo, en cuestión a la experiencia semipresencial del proyecto Brecha y Salud Mental, la virtualidad es una espada de doble filo que puede ayudar a la consecución de las competencias digitales, pero también convertirse en una barrera a ésta consecución. En este sentido, la virtualidad habilita espacios de aprendizaje al alcance de todas las personas, con los conocimientos previos, rompiendo con la barrera geográfica y de movilidad, al facilitar al usuario aprender desde el hogar como expone el presente proyecto, ofreciendo líneas de actuación telemáticas, entre formaciones y seminarios web, que impulsen familiarizarse con las nuevas tecnologías vinculadas al cuidado y promoción de la salud, trabajando también la consecución de las competencias digitales. En la misma línea, para cumplir con ésta consecución, siguiendo a Collado (2021), se debe pensar la virtualidad de una manera que permita el acceso a toda persona que, pese a sus condiciones como el colectivo de personas con enfermedades mentales, quiera acceder al entorno digital adaptando los programas formativos a sus necesidades, a la vez que se estimule una actitud activa ante la red que incite a la iniciativa y adaptación, mediante un acompañamiento individualizado como el que ofrece el presente proyecto para la capacitación e inclusión digital. No obstante, como sugiere Collado (2021), la virtualidad se convierte en barrera de uso cuando las personas carecen de los conocimientos y capacidades previas para navegar por éste entorno, más en barrera de acceso cuando no disponen de la infraestructura tecnológica, entre dispositivos y conexión, de manera que éstas barreras desmotivan a la consecución de las competencias digitales al no estar alfabetizados funcionalmente, y en consecuencia se complica la capacitación digital.
En conclusión, la dinamización social digital resulta una practica potente que favorece a la ciudadanía a iniciar procesos de cambio, empoderamiento, inclusión, emprendimiento, etc, velando por garantizar su protagonismo en proyectos, programas, iniciativas como motores de cambio.