sábado, 20 de abril de 2024

LA BRECHA DIGITAL EN LA SOCIEDAD DIGITALIZADA

El propósito de este tercer post es reflexionar sobre las desigualdades digitales en la vida, y en los caminos hacía la inclusión y capacitación digital. 

Para entrar en materia, las desigualdades digitales entre la población condicionan la brecha digital, entendida como la "...separación entre aquellas personas que tienen acceso a las nuevas tecnologías y aquellas que no tienen." (Fundación Ferrer i Guardia, s.f: 7), añadiendo más factores que no solo de acceso, sino también de uso y aprovechamiento como el caso de Carmen, una mujer de 58 años propietaria por más de 20 años de un negocio de alimentación familiar, quien pretende captar a un público más joven, y Marta, de 30, una de las impulsoras de una asociación cultural que hay que registrar mediante trámites online. Para Carmen, su problema no es de acceso, a diferencia de Marta porque su sistema operativo es incompatible con el programa para hacer los trámites. Al disponer de un ordenador, que no usa, y un smartphone, que no aprovecha perdiendo oportunidades de negocio, a pesar de su óptima conexión a la red (Fundación Ferrer i Guardia, s.f). Entonces su problema es de uso y aprovechamiento, como les sucede a muchas personas de las mismas o más edades que no tienen las competencias digitales necesarias para "...la sociedad actual y futura..." (Casacuberta, 2021), favoreciendo la exclusión digital. Por lo que la Administración, en conjunto entre sector público y privado, debería impulsar directivas y proyectos, de formación gratuita, que trabajen por capacitar a las personas a saber usar las TIC en base a unos conocimientos y habilidades digitales (Fundación Ferrer i Guardia, s.f). Lo que ocurre con Carmen quien dispone de lo necesario para acceder a las TIC pero no sabe aprovecharlas por su desconocimiento, relacionando la brecha digital de acceso con la de uso, derivando en la de aprovechamiento de las tecnologías (Fundación Ferrer i Guardia, s.f), dado que a más competencias digitales, mejores resultados, como sucede con Marta, quien dispone de buen nivel de capacitación digital para solucionar el problema de acceso para tramitar el registro, gracias a sus necesidades laborales, como precisar de un certificado digital. Siendo necesario motivar, desde su entorno, a las personas a querer usar las tecnologías con proyectos que despierten familiaridad, participación activa y sobre todo diversión (Fundación Ferrer i Guardia, s.f) porqué hacerlo interesante, conecta. 

Asimismo, existen movimientos de concienciación y sensibilización sobre inclusión y capacitación digital, para enfrentar éstas desigualdades como la Agenda Digital de la UE, o España Digital 2025 con objetivos como "...Garantizar una actividad adecuada al 100% de la población...", o también "...Reforzar las competencias digitales de toda la ciudadanía..." (Casacuberta, 2021), pero parece que la Administración no predica con el ejemplo. Según el Eurostat citado en el Plan Digital España 2025, actualmente el porcentaje de personas sin competencias digitales básicas es del 43%, entre éstas Carme, una mujer mayor residente en zona no urbana que más sufre ésta carencia, al estar más cerca de la exclusión digital y no disponer, en su pueblo, de ofertas de cursos y/o talleres de capacitación digital a personas adultas, sólo a jóvenes, siendo incoherentes con los objetivos de la España Digital 2025, que entre otras cosas, debe poner énfasis en estos colectivos con más barreras para encarar la transformación digital. 

Así pues la Educación Social, siguiendo a los documentos profesionalizadores (2007), tiene los deberes de generar contextos educativos, donde encontrarse con el sujeto para acompañarlo en su proceso de emancipación, tras acciones mediadoras previas al encuentro "...con unos contenidos culturales, con otros sujetos..." (p.12). Al ser necesario, primero, conocer el contexto del sujeto, sus habilidades, capacidades y recursos, para establecer las líneas de transformación y empoderamiento en base a fortalecerlo trabajando desde su contexto y el exterior, ofreciendo acciones formativas, ya que el profesional es catalizador social, quien conecta los materiales, recursos, espacios, herramientas, etc con el sujeto. Según la Fundación Ferrer i Guardia (s.f), las desigualdades digitales derivan de las sociales dado que perjudican la calidad de vida de las personas, por lo que trabajar en su mejora significa luchar contra éstas brechas capacitando al sujeto para facilitar su inclusión digital.   

Respecto al marco actual de competencia digital para la ciudadanía (DigComp 2.2), según Vuorikari, Kluzer y Punie (2022), es un marco de referencia a nivel europeo, una herramienta de la UE que ofrece líneas de trabajo y actuación, como potencialidades, para abordar la carencia, y consecuentemente, la mejora de las capacidades y competencias digitales de la ciudadanía, orientando a los responsables políticos a encarar el desarrollo de la competencia digital, en base a políticas que permitan caminos hacía la transformación digital enmarcadas gracias al entendimiento común de éstas, como "...una combinación de conocimientos, habilidades y actitudes..." (p.3) necesarias para participar activamente en una sociedad cada vez más digitalizada. En este aspecto el DigComp 2.2, como apuntan Vuorikari, Kluzer y Punie (2022), ofrece ejemplos actuales de éstas para que profesionales de la educación, por ejemplo, actualicen sus estrategias y recursos "...para hacer frente a los retos actuales..." (p.2), y ser más eficientes al desarrollar la alfabetización digital, que aboga por una relación de confianza, crítica y segura con las tecnologías cotidianas y emergentes. No obstante, como limitaciones, siguiendo a Vuorikari, Kluzer y Punie (2022), la esfera digital evoluciona continuamente, se actualizan tecnologías, aparecen otras nuevas; inteligencia artificial, realidad virtual, etc. O bien fenómenos como "fake news", de manera que se necesita una actualización constante, ya que ésta esfera  no es estática. Igualmente, el entendimiento común es una espada de doble filo dado que, si bien ayuda a gran parte de la población al compartir similitudes en sus barreras de capacitación e inclusión digital, hay sectores de la población con barreras más específicas no contempladas. 

Entonces, el DigComp 2.2 aporta un lenguaje común que enmarca la política acerca la capacitación e inclusión digital, su evolución y seguimiento, orientando a las Administraciones a trabajar de forma más completa y eficaz las competencias digitales de la ciudadanía.  


BIBLIOGRAFÍA 

ASEDES-CGCEES. (2007). Documentos profesionalizadores. Materiales docentes. 

Casacuberta, D. [David]. (2021). Praxis y políticas de capacitación digital. [Recurso de aprendizaje textual]. FUOC. 

Fundación Ferrer i Guardia (s.f). Brechas digitales: nuevas expresiones de las desigualdadeshttps://tecnihand-ferrerguardia.odoo.com/ca_ES/blog/publicacions-3/bretxes-digitals-70#blog_content  

Gobierno de España. Plan España Digital 2025. Agenda 2030. https://www.lamoncloa.gob.es/presidente/actividades/Documents/2020/230720-Espa%C3%B1aDigital_2025.pdf  

Vuorikari, R. [Riina], Kluzer, S. [Stefano], y Punie, Y. [Yves]. (2022). DigComp 2.2: Marco de Competencias Digitales para la Ciudadanía. Con nuevos ejemplos de conocimientos, habilidades y actitudes. SomosDigital. https://somos-digital.org/wp-content/uploads/2022/04/digcomp2.2_castellano.pdf  

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